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Entrevista con Estefanía Terán Valdez y Paula Castells Carrión, de Grupo FARO, Ecuador
31 de marzo de 2020
Grupo FARO es un centro de investigación y acción que incide en políticas públicas sobre la base de la evidencia. Grupo FARO está conformado por en 4 áreas temáticas: educación; investigación y evaluación de políticas públicas; desarrollo sostenible y ciudades; y democracia, transparencia y ciudadanía activa.
Grupo FARO impulsó la constitución de la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones de Sociedad Civil (CEOSC), la cual presidió hasta 2017. La CEOSC está compuesta por 6 federaciones: 4 provinciales y 2 temáticas. Además, Grupo FARO actualmente ejerce la Secretaría Técnica de la CEOSC y la Presidencia de la Federación de Pichincha.
Recientemente conversamos con Estefanía Terán Valdez (ET) y Paula Castells Carrión (PC) del Área de Democracia, Transparencia, y Ciudadanía Activa de Grupo FARO, que es miembro de la Red de OSCs Rendir Cuentas, para conocer el trabajo que han llevado adelante en torno al Estándar Global para la rendición de cuentas de las organizaciones civiles en Ecuador.
EG: ¿Cómo Uds. tomaron conocimiento del Estándar Global?
PC: Grupo FARO es miembro de la red de Rendir Cuentas desde 2010. En dicho contexto, nos familiarizamos con la existencia del Estándar Global. A la fecha, se han realizado diversos ejercicios de rendición de cuentas tanto como Grupo FARO, pero también como parte de la CEOSC, en la que se ha promovido la rendición de cuentas de las OSC que la conforman, particularmente la rendición de cuentas colectiva.
EG: ¿Cuál es el interés del Grupo FARO en el Estándar Global?
ET: Uno de los objetivos estratégicos institucionales del Grupo FARO es ayudar al fortalecimiento de las OSCs no sólo en aspectos organizacionales, pero sino también en su trabajo colaborativo y en red. El interés del Grupo FARO reside en que el Estándar Global, además de ser un mecanismo de autoevaluación, constituye un instrumento de posicionamiento político, cuya metodología ha sido probada en diferentes países.
Los principios en los que se respalda el Estándar Global y los componentes de la herramienta de autoevaluación conllevan a que las organizaciones de sociedad civil que aplican el Estándar compartan dichos principios y valores. Y, de esta manera, el Estándar Global constituye un instrumento de posicionamiento político. Es decir, la adhesión al Estándar Global no sólo implica implementar una herramienta sino adoptar una posición frente a determinados temas como, por ej., las relaciones de trabajo con otras organizaciones de sociedad civil y con su propio staff, sobre la temática de género o el cambio climático. El manejar un mismo mensaje respecto de diversos temas que atañen a la sociedad civil organizada, facilita y promueve la cooperación y potencia las acciones de incidencia.
EG: ¿Existió algún elemento o dimensión específica del Estándar Global que tuvo más resonancia para el Grupo FARO?
ET: Todos los 12 compromisos del Estándar Global son relevantes, aunque una cuestión que requiere más atención tanto en las organizaciones grandes como en las organizaciones pequeñas es el fortalecimiento de los mecanismos de retroalimentación de los grupos o comunidades con las cuales se trabaja. Y que se logre una retroalimentación permanente y sistemática de las acciones y de los resultados, es decir, obtener constantemente información de su parte, sobre las acciones ejecutadas por nuestra organización. Con respecto a esto último, es importante que las OSCs realicen evaluaciones conjuntas con los propios beneficiarios.
PC: Si bien estamos realizando el ejercicio de autoevaluación del Estándar Global como Grupo FARO, también estamos motivando a que otras organizaciones lo realicen. Entonces, el Estándar Global y sus herramientas permiten realizar una reflexión en conjunto, al mismo tiempo que una revisión individual como organización.
EG: ¿El Grupo FARO ha utilizado el aplicativo Rendir del Estándar Global?
PC: Recientemente, realizamos un taller en Quito el 13 de febrero del 2020, en el que participaron 14 organizaciones líderes de las diversas federaciones provinciales y otras redes de organizaciones de 6 provincias del país para “ecuatorizar” la herramienta del Estándar Global. Si bien la herramienta ha sido validada en diversas instancias, y se respetaron los mismos principios e indicadores, se requirió establecer un lenguaje común sobre lo que equivale cada puntuación y los posibles medios de verificación existentes. En consecuencia, se solicitó a las organizaciones que realizaran un primer ejercicio previo al taller utilizando el aplicativo Rendir App. El 50% de las organizaciones participantes completaron el formulario del aplicativo Rendir y las otras se comprometieron a completarlo con posterioridad. Actualmente nos encontramos en el proceso de analizar dichos resultados para su posterior puesta en común.
EG: ¿Qué implica implementar el Estándar Global en su organización o para la Confederación?
PC: Para implementarlo, realizamos una adaptación de la guía de implementación del Estándar. El primer paso fue conocer el Estándar, familiarizarse con los 12 compromisos y lo que cada uno de ellos implican, y sus indicadores y los medios de verificación. Ello es esencial para luego generar un espacio de interacción entre diversas personas que contribuyan a la evaluación, realizar un ejercicio informado y en conjunto de evaluación. Y, a partir de la puntuación generada con base en el ejercicio del aplicativo Rendir, se procede a priorizar el pilar y los tipos de compromisos e identificar las consiguientes acciones concretas de mejora para implementar durante un tiempo determinado y conforme a los recursos disponibles.
ET: Me gustaría añadir que la implementación del Estándar Global conlleva a hablar el mismo idioma entre organizaciones situadas en diferentes países. Y este ‘hablar el mismo idioma’ implica un aprendizaje mutuo. Por ello, el Estándar Global cumple una doble función: no solo se rinde cuentas sobre cuestiones fundamentales para las organizaciones de sociedad civil frente a sus beneficiarios, el Estado, la ciudadanía y otras organizaciones, sino que también permite fortalecer a nivel interno de cada organización y aprender de otras experiencias. Y, además, a partir de los diversos informes recopilados de las diversas organizaciones por el uso del aplicativo Rendir App, nos permite ver el estado de situación de la sociedad civil en diferentes regiones y realizar análisis comparados basados en un mismo instrumento. Y ello, a su vez, sirve para realizar pronunciamientos políticos que no solo atañen a organizaciones de un país o contexto particular. En síntesis, la relevancia del Estándar Global reside en que contribuye a que las organizaciones civiles hablemos un mismo idioma y promover un aprendizaje mutuo.
EG: Finalmente, ¿existen algunas lecciones aprendidas o recomendaciones que podrían compartirnos?
ET: En el ejercicio previo de implementación que realizamos a la fecha se evidenció la necesidad de ajustar el instrumento y emplear una versión más acotada a organizaciones pequeñas para evitar la frustración que se podría generar en la identificación de las brechas para el fortalecimiento posterior de las organizaciones. Ello no responde sólo a una cuestión de recursos sino porque las organizaciones pequeñas poseen otras prioridades que se vinculan a necesidades básicas o de subsistencia que es necesario considerar.
PC: Por mi parte, me gustaría enfatizar las oportunidades de mejora que se plantean – en general – a partir del Estándar Global en torno a la cuestión de retroalimentación para la mayoría de las organizaciones civiles debido, en ocasiones, a la falta de claridad en la identificación de quiénes son sus beneficiarios últimos y/o a la inexistencia de mecanismos sistemáticos para recoger retroalimentación de los beneficiarios.
Basada en nuestra experiencia incipiente, una recomendación recae en la importancia de ser honesta, como organización, al momento de realizar la autoevaluación y hacerlo de manera grupal o colectiva en cada organización.